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Hace tiempo que no sabes qué regalar a tu padre, a tu madre, a tu pareja o a tu hijo. Sabes que quieres dejar de lado la típica corbata, bufanda, libro o prenda de ropa. Si te paras a pensar, lo que más apreciamos es pasar tiempo con las personas que queremos, por lo que las sensaciones y experiencias compartidas pueden ser grandes sorpresas de cumpleaños.
No es necesario que gastes mucho dinero, ten en cuenta que lo sencillo puede tener el mismo impacto que algo más complicado y caro.
Es habitual que con la rutina del día a día, despertarse temprano, llevar a los niños al colegio e ir a trabajar, no te quede tiempo ni para dar un abrazo a tu pareja y pasar tiempo con él o ella. ¿Qué te parece si una noche preparas la cena tú, dejas a los niños con sus abuelos y disfrutáis de una buena conversación a la luz de las velas? Puede ser una velada de cumpleaños perfecta.
Tus hijos lo que quieren no son regalos carísimos, sino pasar tiempo contigo, y ese tiempo debe ser de calidad. El día de su cumple es siempre un día especial, así que busca tiempo para pasar con ellos y vete, por ejemplo, a ver con ellos al cine esa película que hace tiempo que quieren ver o simplemente ver en la televisión algún clásico que nunca pasa de moda.
Llevas toda la vida regalando con poco éxito cosas a tus padres y ya estás agotando tus ideas. Salir de la rutina y pasar un rato divertido con tus padres puede ser un gran regalo. ¿Qué te parece una cata a ciegas, un curso de cocina o una noche de microteatro? Hay opciones para todos los gustos y bolsillos y lo importante es compartir tiempo con quien te quiere.
En ocasiones, para evitar tener que hacer miles de regalos en las familias o en el trabajo, se hace lo que se llama un “amigo invisible”, de forma que cada uno compra un regalo a una sola persona. El hándicap es que puede que no conozcas mucho a la otra persona y temas equivocarte.
Para empezar te tocará hacer una pequeña labor de investigación y averiguar qué le gusta a esa persona. Una vez que lo tengas más o menos claro piensa en experiencias que le puedan gustar: una tarde de cine, un museo, una ruta por una zona de tu ciudad con un guía.
La experiencia de pasar un rato con una persona a la que quieres o estimas no tiene precio, ningún objeto podrá igualar la sensación de estar un rato con tus hijos, tu pareja o tus padres. Pon tu creatividad a trabajar y piensa en ellos cuando regales sensaciones: qué les gusta, de qué forma sorprenderles.
¿Se te ocurre alguna idea más? ¿Nos la cuentas?
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