La contaminación electromagnética se entiende como las emisiones generadas por distintas frecuencias. Las ondas de televisión, la radio, la telefonía o las líneas eléctricas emiten campos electromagnéticos en distintas frecuencias y sus efectos crean riesgos para la salud.
Es también conocida como electropolución o electrosmog. Es la presunta existencia de una exposición excesiva a las radiaciones de espectro electromagnético, generadas por equipos electrónicos u otros elementos producidos por la actividad humana.
El desarrollo tecnológico en los últimos años ha modificado el medioambiente en el que vivimos. La contaminación electromagnética se produce en núcleos urbanos, pero hoy día es difícil encontrar un lugar libre de estas radiaciones.
La organización mundial de la salud estima que los niveles promedio de intensidad a los que se somete un adulto en los países desarrollados no existen efectos adversos para la salud.
Las radiaciones electromagnéticas se clasifican en radiaciones ionizantes o radioactivas como son los rayos x o los rayos gamma y radiaciones no ionizantes, son más bajas que las anteriores e incluyen la luz visible, rayos infrarrojos o las radiofrecuencias produciendo efectos térmicos.
Las radiaciones ionizantes deterioran las moléculas y generan efectos como: caída del pelo, quemaduras en la piel y otras enfermedades.
Las radiaciones no ionizantes pueden clasificarse en dos tipos:
Durante nuestra vida hemos convivido con radiaciones naturales como la luz del sol o la radioactividad cósmica.
En los últimos años, el ser humano está reduciendo la exposición a la radiación del sol y aumentando la exposición a la radioactividad y a algunos rangos de frecuencia como las microondas.
Cada día somos más conscientes de la influencia del entorno en el que vivimos y nos preocupan los factores medioambientales como el aire que respiramos. Pero, es cierto que, la contaminación electromagnética es un factor de riesgo que pasa desapercibida.
Frente a fuentes internas de ondas electromagnéticas se recomienda la utilización de cable de red en vez de Wifi consiguiendo así grandes velocidades de navegación.
Todos los días estamos sometidos a un inmenso campo de radiaciones. Esto sucede en la calle, en el campo, en sitios públicos… además de otras radiaciones como los móviles. Pocos sitios quedan libres de ondas tecnológicas.
Como comentábamos al principio del blog, los campos electromagnéticos originados por la actividad humana se suman a los ya nombrados con anterioridad.
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