Hoy en día estamos muy concienciados por el medio ambiente y el ahorro de energía, esto se está traduciendo en la arquitectura en buscar sistemas que nos lleven a conseguir esas metas en nuestras viviendas. Hablar de Passivhaus es hablar de una filosofía de construcción basada principalmente en hacer bien las cosas y minimizar el consumo energético de las viviendas mejorando el confort en las mismas.
Este término no es nada nuevo, surgió a finales de los años ochenta, llegando el primer edificio construido bajo este estándar en el año 1990 en Alemania.
Este estándar está ganando terreno tanto en viviendas unifamiliares como en bloques de viviendas, oficinas, etc… El objetivo es conseguir en unos costes mínimos de energía con la máxima calidad de vida, es algo más que realizar un edificio de bajo consumo:
Tenemos muchas razones para construir una vivienda bajo este estándar; calidad óptima del aire al usar sistemas de ventilación con filtros y recuperadores de calor, con lo que mantenemos una vivienda libre de pólen, ácaros, polvo, etc…; llegamos a un óptimo confort térmico, sin saltos térmicos entre estancias; aprovechamiento de la luz solar, tanto para ganancias de calor como de iluminación, permitiendo con un diseño adecuado poder reducir el uso de la luz artificial una gran parte del día y todo reflejado en un gran ahorro energético, para ello se colocan unos aislamientos de gran calidad evitando puentes térmicos realizando un minucioso estudio de cada uno de ellos.
Por último hay que abordar el coste de realizar una vivienda de este tipo, es innegable que construir una vivienda Passivhaus es más caro que una vivienda con los sistemas tradicionales, ciertos estudios nos sitúan el incremento respecto a éstas últimas entre un 10% y un 15% , pero deberíamos analizar el ahorro energético que nos supone esta vivienda durante su vida útil (alrededor de un 60% de ahorro en sistemas de calefacción y refrigeración) además de disfrutar de una calidad de vida mucho mayor.
De todas formas, me gustaría reflexionar en este último punto, está claro que visto así sería una mayor inversión inicial que podría rentabilizarse en 8 o 10 años, sería como comprar un coche de lujo en vez de un utilitario y pensar que al pasar los años el coste sería menor el coche de lujo que el otro, quizás sea así, pero en la sociedad que vivimos gran parte de la gente no tiene esa inversión inicial por lo que se conformarían por acceder al utilitario. Es decir, no es conveniente generalizar y querer que toda las viviendas que se construyan en nuestro país sean Passivehaus o sean de calificación energética A, este tipo de viviendas tienen su demanda y suponen un gran avance en mejorar la calidad constructiva , pero no es menos cierto que aún hay más demanda de viviendas asequibles por parte de jóvenes y personas con menos renta, y esta demanda no debía ser anulada por leyes o normativas que aunque nos obliguen a mejorar muchísimos aspecto técnicos en las viviendas, por otro lado encarecen el coste de un bien que para todos es de primera necesidad.
Siempre podemos elegir según nuestra renta si poner o no la calefacción, el aire acondicionado, e incluso abrir las ventanas diez minutos al día para ventilar, como aprendimos de nuestras abuelas. Al fin y al cabo, pensemos en nuestro país, ¿cuánto tiempo al año tenemos las ventanas abiertas de nuestra casa a pesar de contar en muchos casos con tantos avances constructivos?
Antonio Ramos, Jefe de Obra.
Valladolid es una ciudad con un rico patrimonio histórico y una vibrante vida cultural. De…
Ahorrar para la entrada de un piso puede parecer un desafío abrumador, especialmente con los…
Un despacho es más que un simple lugar de trabajo. Es un espacio donde la…
En los últimos años, los criterios ESG (Environmental, Social and Governance) se han convertido en…
Las facturas de la luz pueden ser un verdadero quebradero de cabeza para muchos. Y…
Decorar una terraza con plantas y flores puede transformar cualquier espacio exterior en un oasis…