Con la llegada de los contadores digitales a los hogares se ha hecho más importante que nunca controlar nuestros hábitos de consumo de electricidad. La medición se realiza en tiempo real y no se usan estimaciones con lo que es importante conocer cómo consumimos para tomar medidas de ahorro. Para empezar echa un vistazo a estos pequeños trucos que te ayudarán a ahorrar desde el primer mes.
Compra regletas con interruptor de manera que puedas conectar los electrodomésticos que tengan modo stand-by y así apagarlos completamente por la noche. Esta acción eliminará el gasto pequeño pero constante de este modo en las televisiones, videoconsolas, aparatos de música, reproductores de vídeo etc.
Utiliza un tipo de iluminación adecuada para cada cosa. Es preferible tener un mayor número de lámparas y bombillas y que cada una tenga un uso determinado. Leer un libro con la iluminación general o estar viendo la televisión con la lámpara del techo encendida no suele ser conveniente porque estaremos gastando más de lo necesario para realizar una actividad que requiere de menos luz o una iluminación diferente.
Cambia toda la iluminación a LED y apaga la luz siempre que no la estés usando. Los LEDS no gastan más por encenderlos y apagarlos constantemente y su duración es muy alta, con lo que no dudes: apaga todo siempre que no lo uses. Lo mismo con los aparatos eléctricos. No tengas miedo de apagarlos porque en el arranque consuman más porque en la mayoría de las ocasiones no es cierto.
Redistribuye el uso de los electrodomésticos en diferentes horas del día. Las tarifas varían cada hora. Lo ideal es usar los que gastan más en las horas valle y procurar no usarlos en las horas punta. Para ahorrar con la potencia contratada, no enciendas los electrodomésticos de más consumo simultáneamente (por ejemplo vitrocerámica y lavadora), ya que así podrás contratar menos potencia y ahorrar a largo plazo.
Aprovecha el calor residual al cocinar. Aunque apagues la vitrocerámica mientras cocinas, el calor residual de la sartén o la olla seguirá cocinando los alimentos durante unos minutos. Si crees que falta poco para terminar de hacer ese filete, apaga ya.
Abre la nevera menos veces. Intenta pensar en qué necesitas antes de abrir la nevera y sácalo todo de una vez. Cada vez que se abre, el frío se escapa y eso obliga al motor del frigorífico a volver a conectarse y gastar. Si en lugar de abrirla cinco veces para sacar alimentos lo haces una, el ahorro puede ser considerable.
Carga siempre la lavadora al máximo posible y procura no lavar con agua caliente. Una buena parte de la energía que utiliza es para calentar el agua, con lo que lavando con el tanque lleno y en frío, nuestra factura se reducirá.
En la mayoría de las ocasiones no es necesario usar la luz general para estar en la habitación. Quizá la luz de la mesilla de noche sea suficiente y su consumo por lo general es mucho menor.
Carga tus dispositivos electrónicos durante la noche. El precio de la electricidad es menor durante las horas valle (de madrugada) con lo que si necesitas cargar el smartphone, la tablet o el portátil. Éste es el momento.
La suma de todos estos pequeños hábitos nos proporcionará un ahorro bastante grande a lo largo del año. El consejo general es no gastar electricidad mientras no estemos en casa y reducir al mínimo el gasto energético en el día a día teniendo en cuenta el funcionamiento de cada electrodoméstico y las horas en las que se utiliza.
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