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Un correcto mantenimiento del suelo radiante resulta esencial para su buen funcionamiento y que éste no nos deje ‘tirados’ en plena ola de frío o de calor. De hecho, si has optado por este sistema para tu casa, has de saber que en el interior de los tubos pueden ir acumulándose sustancias que obstaculizan el paso del agua y, por lo tanto, afectando a su rendimiento. Además, en el caso de que el suelo radiante no rinda adecuadamente, puede aumentar el consumo energético y, por lo tanto, el importe de nuestra factura.
También las consecuencias de un inadecuado mantenimiento se advierten en un deterioro de la caldera, las bombas, las válvulas y las tuberías. A esto se añaden posibles fugas de agua e incluso la putrefacción de ésta que puede acabar derivando en lodo que finalmente se estanca y obstruye los tubos.
En definitiva, debemos estar muy atentos y prevenir posibles problemas futuros. ¿Cómo lo hacemos? ¡Te lo explicamos ya!
Si queremos que nuestro suelo radiante caliente o enfríe como el primer día, debemos tener presente ciertas cautelas en su cuidado:
Lo cierto es que podemos hablar de dos tipos de mantenimiento del suelo radiante. Los abordamos a continuación:
Otro consejo que te podemos dar para mantenimiento suelo radiante es la instalación de un sistema de decantación de lodos. Dicho dispositivo consta de un separador de gases, otro de los sólidos en suspensión, un capturador de sólidos y un grifo con el que vaciaremos los restos resultantes de la depuración. De hecho, optar por su instalación nos puede ahorrar engorrosas y caras reparaciones.
En suma, ten en cuenta todas estas explicaciones para que tu suelo radiante no presente problemas.
Al margen de lo explicado anteriormente, pasados unos años, el RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios) obliga al titular de la instalación a que realice un mantenimiento suelo radiante. Dicha inspección correrá a cargo de un profesional del ramo y posteriormente deberá acreditarse frente la Administración. Así, el técnico emitirá un Certificado con este objeto. Resulta obvio que dicho mantenedor no puede ser cualquiera, sino que deberá ser un profesional debidamente acreditado/autorizado para llevar a cabo dicha inspección.
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