La edificación y su impacto medioambiental: Reducir, reutilizar y reciclar
El impacto medioambiental de un sector reside, entre otros factores, en la cantidad de residuos que genera y qué se hace con estos residuos. La Ley 10/1998 define como residuo “cualquier sustancia u objeto del cual su poseedor se desprenda o del que tenga la intención u obligación de desprenderse”. Trasladando la definición al sector de la edificación, el RD 105/2008 define residuo de construcción y demolición (RCD) como “cualquier sustancia u objeto que, cumpliendo con la definición de “Residuo” incluida en la Ley 10/1998, se genere en una obra de construcción o demolición”.
En esta línea hay que destacar que, edificación, energía e industria son los sectores con mayor capacidad de contaminación actualmente, representando en torno al 50% de los residuos generados en Europa. En España, los RCD representan el 22% de los residuos generados, dentro de éstos el 72% pertenece a obras de edificación y el 28% a infraestructuras, lo que pone de manifiesto la importancia de este tipo de residuos en el medio ambiente.
En su mayoría, los RCD son residuos inertes, por lo que no contaminan el entorno ni ponen en peligro la salud humana, pero existe una pequeña parte capaz de contaminar suelos y acuíferos. No obstante, el mayor impacto ocasionado por los RCD es el desaprovechamiento de recursos claramente reutilizables, reciclables o valorizables. Este desaprovechamiento implica su vertido, impidiendo minimizar el consumo de recursos naturales y su incidencia ambiental por la extracción y fabricación de nuevos recursos. Por ello, una óptima selección de materiales y productos es un aspecto clave para construir edificios con bajo impacto medioambiental.
Los requisitos y exigencias que deben satisfacer los productos empleados en la construcción para ser considerados respetuosos con el ambiente depende de múltiples factores, la valoración de todos ellos nos dará una idea de la eficiencia medioambiental del producto. Entre los factores que se tienden a exponer a la hora de determinar si un producto es eficiente desde el punto de vista medioambiental, destacan tanto su contenido en materiales reciclados, como su reutilización, reciclabilidad, rentabilidad, durabilidad, consumo de energía y emisiones ambientales.
En consecuencia, el edificio tendrá menor impacto ambiental en la medida que se atienda a estos criterios, es decir, si optamos por productos que tengan un alto contenido de materiales reciclados, como por ejemplo agregados del hormigón en lugar de materias primas naturales, el edificio tendrá menor impacto ambiental. También se reduce este impacto si optamos por materiales con alta capacidad de reciclaje, como por ejemplo el cobre o el polietileno, o materiales con posibilidad de reutlización sin necesidad de su transformación mediante un proceso industrial, como por ejemplo la piedra natural o placas de acero. Por otro lado, si optamos por materiales con altas prestaciones en cuanto a durabilidad y bajo mantenimiento, se reducirán tanto el consumo de energía como las emisiones ambientales, debido a que se ahorraría en la extracción de materias primas, procesamiento, almacenaje, transporte, puesta en obra, y posterior reciclaje, eliminación o acumulación en vertedero.
En definitiva, debemos aumentar el uso de materiales reciclados, reciclables, renovables o durables en edificación ya que éstos reducen el impacto medioambiental del sector.
Autora: Sonia Romaniega Piñeiro