Consumo suelo radiante: ¿sale a cuenta?
Índice de contenidos
- El consumo suelo radiante
- ¿En qué consiste el suelo radiante?
- Consumo suelo radiante con geotermia
- Consumo suelo radiante con aerotermia
- Consumo suelo radiante con energía solar
- Consumo suelo radiante con caldera
- Y no olvides la inercia del suelo radiante
El consumo suelo radiante
Es un factor decisivo a la hora de valorar su posible instalación en casa. En primer lugar hemos de tener presente que el suelo radiante es solo un sistema de distribución de calor que puede funcionar con diferentes fuentes de generación térmica. Así, es posible emplearlo con una caldera de gas, con biomasa, aerotermia, energía solar… En este sentido, el consumo suelo radiante variará y no podemos hablar de un precio estándar.
Eso sí, debemos partir del hecho de que si nos decantamos por la electricidad, nuestra factura va a ser considerable, pues a día de hoy es de las energías más caras. Tampoco hay que olvidar que existen infinidad de factores que pueden influir en el consumo como el tipo de construcción, el aislamiento, la orientación de la casa e incluso el tipo de pavimento que empleemos. No en vano, existen suelos como los estrictamente cerámicos con un gran coeficiente de conductividad que los convierten en la mejor opción frente a, por ejemplo, el parqué.
Una de las claves del ahorro reside en que produce una óptima sensación de calor a baja temperatura, un factor que redunda en un ahorro energético.
¿En qué consiste el suelo radiante?
Consumo suelo radiante con geotermia
Consumo suelo radiante con aerotermia
Otra excelente opción si tenemos como meta el ahorro y el medio ambiente. Se trata de aprovechar la energía guardada en el aire en forma de calor. Lo cierto es que ya hablamos de la aerotermia en en un artículo anterior.
Consumo suelo radiante con energía solar
Incluso en días nublados podemos aprovechar la energía del sol para poner en matca nuestro sistema de suelo radiante.
Consumo suelo radiante con caldera
Así, es posible recurir a caldera con gas y también con biomasa.
Y no olvides la inercia del suelo radiante
El suelo radiante es la mejor apuesta en el caso de que nuestra zona se caracterice por unos inviernos homogéneos sin demasiados contrastes de temperatura de un día para otro. También hemos de estar el suficientemente tiempo en casa para que podamos aprovecharnos de esta inercia. De lo contrario, no estaríamos sacando el debido partido a sus cualidades.
En definitiva, debemos amoldarnos a sus particularidades para que nuestro suelo radiante nos enamore.