Pese a que la mayor parte de los electrodomésticos, bombillas y aparatos eléctricos han mejorado su eficiencia a los largo del tiempo, sigue siendo imprescindible conocer qué acciones podemos llevar a cabo en el día a día para ahorrar energía y por consiguiente dinero. Aquí van algunos consejos sencillos que te ayudarán a empezar:
Aísla la casa. De nada sirve tener la calefacción más eficiente del mercado si el calor se escapa (literalmente) por las ventanas. Antes de tomar cualquier medida de ahorro energético, es necesario asegurarnos de que el calor o el frío no se pierden por un mal aislamiento. Lo primero que hay que comprobar so puertas y ventanas. Estas últimas deben ser de doble cristal y estar bien selladas. En el caso de que no sea posible cambiarlas, podemos añadir unos burletes para eliminar el espacio entre el marco y la propia ventana. Además es conveniente que haya cortinas y alfombras ya que eso evitará los puntos fríos, mucho más difíciles de calentar y que suponen más gasto de calefacción o aire acondicionado. Una vez hecho esto, ya podemos poner el punto de mira en los electrodomésticos.
Cambia los electrodomésticos viejos por unos nuevos con la calificación energética más alta posible (la mayor es A+++). A la larga se notará mucho el ahorro.
Regula la temperatura de la calefacción y el aire acondicionado a niveles confortables pero sin excesos. No es necesario estar en casa en maga corta en invierno. La calefacción no debería de estar por encima de 21 grados y el aire acondicionados, en los meses de más calor, no debería enfriar la estancia a menos de 24 grados. Gracias a esto el ahorro será muy grande y la casa seguirá estando muy agradable.
Usa siempre luces de bajo consumo. Las luces LED son las más eficientes del mercado y ya existe tanta variedad que no tendrás problemas en encontrar bombillas de todo tipo que encajen con tus gustos. Si tienes alguna que no sea LED o de bajo consumo, cámbiala lo antes posible. El ahorro a largo plazo de energía y dinero se notará.
Apaga las luces y los electrodomésticos cuando no los uses. Esto es algo bastante obvio pero que se suele olvidar. Enciende las luces de las estancias solo cuando estés dentro y procura conectar la televisión, el ordenador etc a una regleta para poder apagarlos completamente durante la noche. El modo stand-by no consume mucho a corto plazo pero sí se nota a largo.
Revisa tu factura eléctrica. ¿Tienes la potencia contratada que te corresponde según tus necesidades? A menudo el consumo habitual de electricidad en un hogar no es tan alto como se piensa. Es mejor reducir la potencia contratada hasta el mínimo necesario y moderar el consumo lo máximo posible. El ahorro será inmediato.
Reduce tu consumo de agua. Procura darte duchas cortas. Cierra el grifo si no lo estás usando. Reutiliza el agua limpia sobrante para regar las plantas. Estas pequeñas acciones pueden ahorrar muchos litros al mes.
Ahorrar energía es muy fácil, solo hay que saber qué acciones debemos tomar para lograrlo. Conociendo estos consejos y si los aplicas todos, notarás desde el primer mes un ahorro en la factura de la luz, calefacción y agua bastante evidente. En muchos casos estas mejorar requieren un desembolso de dinero extra para adaptar la casa, comprar bombillas o electrodomésticos, o cambiar la calefacción. Pero si estamos hablando de un consumo constante en una vivienda habitual, a largo plazo supondrá un ahorro de dinero considerable con lo que lo mejor es empezar hoy mismo.
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